Duda si entrar o no. Es bastante vergonzosa aunque no lo aparente. Da varias vueltas antes de posar su mano en el pomo. ¿Y si no son buenas noticias? El mundo se le caería encima y ella no tiene la suficiente fuerza para aguantarlo. Pero otra cosa esta clara, tiene que ser valiente. Se lo repite cada segundo que pasa delante de esa puerta. Ahora mismo desea cambiar su vida, no tener que pasar por el infierno por el que pasa pero no puede, lo sabe. Ella no ha elegido esto. Intenta no llorar de impotencia aunque cualquiera que la vea sabría que en su mirada existen ganas de desahogo. Sostiene el aire dentro de sí durante unos instantes. Y por fin logra girar el pomo.
En ocasiones hay que volverse valiente.