Cállate, tápate los oidos fuerte fuerte fuerte fuerte muy fuerte, ¿oyes lo mucho que te quiero?

domingo, 28 de octubre de 2012

Hay momentos que...

El agua acariciaba mi mano tan dulcemente que me había quedado dormido. Cuando abrí los ojos observé como las nubes se movían. Eran oscuras, se pondría a llover en breve. Suspiré. De pronto escuché un ruido, una hoja de aquel otoño crujió. Respiré hondo y pude saber, a pesar de mi pésimo sentido del olfato, que era su olor. Me levanté deprisa y la vi. Aunque algo mayor, estaba tan guapa como siempre. Detrás de delicadas marcas en su piel se hallaban aquellas expresiones amables y cariñosas, se encontraban todos los momentos que, un día, habíamos compartido; aquel final feliz que no existió más que en mi mente durante todo este tiempo. Intenté parecer sereno a pesar de que me moría de ganas de abrazarla. Ella traía un lienzo tapado con una sábana blanca. Se acercó a mi con un poco de miedo, quizás aun le seguía pareciendo aquel muchacho gruñón. Ella, sin soltar ninguna palabra me ofreció aquel cuadro que, tiempo atrás había realizado con sus propias manos. Lo destapé y allí estábamos los dos, felices, sonriendo. Ella asintió cuando tome el lienzo entre mis manos y comenzó a caminar por donde había llegado. Entonces, la idea de volver a estar solo me aterrorizó. No, no a estar solo sino a estar sin ella. Rompí mi orgullo a pedazos y le hablé:

- Aun podríamos vivir, compartir nuestra vida, el uno al lado del otro...

Ella se detuvo un momento, me miró girando solamente su cabeza y sonrió. Después se volvió y sacudió su cabeza metiéndose en su coche. 

Y una gota calló por mi mejilla; había comenzado a llover.



lunes, 22 de octubre de 2012

jueves, 18 de octubre de 2012

Somos un virus


Así como podemos ser monstruos también se puede ser lo contrario.

Saldrá el sol

Un mal día no puede condicionar tu vida.

Ay, amor, amor.


Por que a pesar de ser el tío más estúpido que había conocido, también era el soplo de aire fresco que había entrado en su ventana.

martes, 16 de octubre de 2012

En llamas...

¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? Si hace un momento estaba...



Hay paredes acolchadas, se ven suaves, son blancas, todo es blanco. El suelo es blandito y hay una cama con sabanas plegadas. Todo parece tan limpio...¿Qué ha pasado con mi ropa? Llevo algo parecido a una bata, no sé que ha ocurrido aqui pero necesito saberlo, esto empieza a inquietarme.Una puerta, la cual parece que haya aparecido ahora, se abre y tras ella puedo observar a una mujer  parecida a una enfermera que me pregunta el estado en el que estoy, me quedo fijamente mirándola y no respondo ante su amable pregunta. Lleva el pelo recogido con una coleta y lentes casi opacos que ocultan sus ojos, también está vestida de blanco al igual que yo. Me coge de la mano y me arrastra con ella a un largo pasillo con puertas que contienen numeros, yo no digo nada y la sigo. Me hace daño en la muñeca, tiene bastante fuerza, quiero quejarme aún así no lo hago, no puedo hablar, estoy enmudecida, fascinada y asustada. Mi mente está tratando de averiguar el lugar en el que estoy. Nos paramos delante de una puerta negra. Me suelta y saca unas llaves de su bolsillo. Son muchísimas llaves, de todas las puertas vistas anteriormente, supongo. La puerta negra está abierta. Me dice que pase y yo lo hago. Hay un hombre sentado en una silla, también una mesa y otra silla más de diferente forma que la anterior. El hombre, de aproximadamente 30 años, me invita a tomar asiento. Hay papeles encima de la mesa, fotografías y recortes de periódicos. El hombre me habla, su voz es potente y varonil.

-¿Sabes quien o que soy?

Yo niego con la cabeza, no conozco a este hombre para nada.

-Yo soy policia – dice enseñandome una placa con un símbolo que no entiendo.- ¿Sabes por qué estoy aquí?

-Muevo la cabeza negando de nuevo. Este hombre es policía, ¿qué querrá de mi?

-Oye, ¿eres muda o te ha comido la lengua el gato?-Pregunta en un tono brusco y odioso.
-No, señor. -Respondo enseguida al oirlo. Me da miedo.
-¿No sabes la razón por la que estoy aquí, Samantha?

Sus palabras rebotan en mi mente, no sé que contestar. Todo se presenta tan dudoso en mi mente...

-¿Recuerdas algo de lo que pasó?
-¿De lo que pasó?
-Ahá.
-No, no me acuerdo, ¿a que se refiere?
-¿Sabes dónde estás?- dice ignorando mi pregunta. Yo no contesto y me quedo pensando. - Estás en un psicquiátrico.
-¿Qué? - Levanto rápidamente la cabeza sorprendida, ¿en un manicomio? Al verme inquieta intenta tranquilazarme.
-Veo que no recuerdas nada... estás aquí voluntariamente.
-¿Eh...?

El policia da vueltas por toda la sala mientras clava su mirada en mi. Puedo sentir su mirada atravesandome como una flecha. Arg, no logro recordar nada, como si hubiera despertado tras un sueño, un sueño vacío.

-Mira, -coge una una de las fotografías y me las enseña- ¿la reconoces?

Es una mujer joven, con un largo pelo lacio y castaño. Es muy bella.
-No, no sé quien es.

De pronto recuerdo algo. Un bosque. Sí parece un bosque. En la rama de un árbol hay un una cuerda que sujeta un neumático creando una especie de columpio. Escucho una risa risueña, una risa cálida. Es un varón. Vuelvo a la habitación y me encuentro al policía intentando obtener alguna respuesta de mi.

-No, no he visto a esa mujer en mi vida.
-¿Estás segura?
-Sí... -digo insegura.

El policía suspira. Después me mira.

-Es tu hermana.

Cojo la foto rápidamente y la observo detenidamente. Una especie de dolor comienza a rodearme el cuerpo entero; es como sí ardiera.

El chico grita un nombre que no puedo escuchar. Me pitan los oidos y siento náuseas. Mi cabeza va a estallar, me quema la piel, tanto que quiero quitármela a tiras.

[To be continued]

lunes, 15 de octubre de 2012

Datos personales

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"Cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo."

S t a r s ~