
Es tan inquietante, pues la noche me ha desvelado, los duendecitos que acomodaban los sueños dejándolos suaves y tiernos han marchado; y aquí hallo yo sin Morfeo. La inspiración pulula por mi cuarto, inquieta, traviesa juega entre mis manos; y aquí hallo yo creando. Las palabras, mudas e incoloras, revolotean por mi mente sin saber de que color ponerse (¿será azul, rosa, naranja o tal vez verde?) ni como actuar en el presente quedando secas mas helas aqui impresas; y aqui hallo yo escribiendo. Dejaré al fin que mi cuerpo marchite cuan flor al calor mas mi mente, espiritu y alma quedarán en mis palabras vivos todos ellos; mientras hallen aquí, aquí hallaré yo.