
Los planes no sirven nada más que para alimenta la hambrienta ilusión, a la imaginación. Todo se resume en mentiras. No buenas, no malas, tan sólo mentiras, como los cuentos. Son utopías.
Pero esta vez sé que puedo. Sé que puedo gritar, ya nada me ahoga, puedo tocarte el pelo pues nadie me sujeta las manos. Puedo abrazarte. Puedo regalarte besos, mis labios no están sellados.
No es ninguna novedad, lo descubrí cuando te conocí aunque antes de ello hizo falta tiempo para saberlo.
Nada es real, todo es real.