- Mis sueños...-suspiré.
- Yo aspiro a muchísimo y como te he dicho dedicaré mis próximos siete años a cumplirlo después me olvidaré de todo y a disfrutar de mi logro.
- Mmm...interesante.
- Te lo prometo, Roh, tengo un brillo en los ojos y es de ilusión. Estoy feliz no sé porque... es que no sabría explicarte. Sé que mañana volverá a ser todo tan malo como siempre: el llegar al instituto y volver a la rutina. Pero ahora mismo estoy feliz porque he tomado esa decisión.
- Si logro cumplir mi sueño, te deberé un gran favor-dijo con dulzura.- Si lo cumplo iré a verte y te llevaré al sitio donde estará eso que quiero conseguir y te diré "mira, en esto he invertido 7 años". Jaja-rió-sé que no recordarás esta conversación.
Se equivocó.
- Y a lo mejor piensas que es algo que se me ha pasado ahora por la cabeza pero es lo típico que uno olvida con los años.
Pausó sus palabras por un instante, después, siguió.
- Oye, necesito que me hagas un favor grande.
- Dime-dije intentando no parecer muy interesada pues creí conocerle bastante y eso creí que eso era lo que quería él.
- Tengo que enviarte una cosa por correo pero no por correo electrónico sino una carta o algo así.
- Entiendo.
- Así que -siguió- necesito que me digas tu dirección o el lugar donde lo vayas a recoger.
No dudé un segundo.
- Recuerda que te estoy enviando un favor no un regalo. Tranquila, no es ningún animal más-bromeó.- ¿Te lo puedo enviar mañana, verdad?
- Sí, si tú no tienes problemas.
- No. Tienes que recibirlo cuanto antes.
Unas semanas después recibí su favor, su misterio: dos sobres, uno el cual podía abrir y otro que no. Abrí impacientemente el primer sobre y encontré una carta:
"Todo ha pasado tan rápido,me has enseñado mucho, me has regalado momentos sencillamente geniales, y te debo tanto...Gracias :). Ahora tengo unas cuantas cosas claras y me alegro de que sigas siendo tú la que lea esto, a pesar de todo, nadie valora las cosas pequeñas como se lo merecen, te dedico y regalo a ti la última gran cosa pequeña que he hecho y a la vez la más grande que creo que haré por nadie.
Cuídalo y guárdalo como si mis próximos años dependieran de ello.
Que nadie te quite esa alegría que deslumbras, que nadie te cambie y no des una segunda oportunidad a quien no se la merezca.
Yo trataré de que todo pase tan rápido como pueda para que puedas abrirlo.
Hasta entonces, cuídate mucho cabecita loca."
Tras leerla estampé la carta contra mi pecho y una leve sonrisa se dibujó en mis labios.
- No lo olvidaré, es una promesa.
