
Adán y Eva pecaron, ¿por qué no nosotros? Tiéntame lentamente, no dejes que me vaya, no me dejes escapar, no quiero irme si no estás tú allí, llevame a otro sitio donde no exista la rutina o mejor aún invétame un mundo para que estemos a solas, no quiero que nadie nos moleste. Asi, con cuidado. Bien, ahora cierra la puerta y erremos, pequemos...
Haz que la adrenalina me recorra el cuerpo. En silencio. Quiero que en el último bostezo de luna me hagas pecar.