Fue un error mío el simple hecho de pensarlo. Le miré para ver si se irritaba y se iba de una vez por todas. Qué tentación la mía. Qué dolor. Qué ahogo. Me asfixio. Me asfixias. Para vivir así es mejor dejarlo estar, ¿no crees?
¿De qué sirve que me mires como antes? Con lo que queda no da para más. ¿Hablas en plural? Fuiste la historia de mi vida. Destruiste la ilusión. Borraste la letra de nuestra canción. Ahora no queda nada. Nada.
Siempre has sido así. Siempre te he amado por ello. Siempre te odiaré por ello.
Esto dejará de ser lo que es para convertirse en un jamás fue.
Finalmente, la debilidad se marchó. Y yo seguí mi camino.

La soledad y el silencio suelen ser las opciones correctas en estos casos.